1. Crecimiento Anormal de Tejido: La característica distintiva del pterigión es el crecimiento anormal de tejido en la conjuntiva.
2. Ubicación: El pterigión suele desarrollarse en el área próxima a la esclerótica y puede extenderse hacia la córnea.
3. Aspecto: En su etapa temprana, puede parecer un pequeño bulto o engrosamiento. A medida que progresa, puede adquirir una apariencia más carnosa.

Los síntomas del pterigión pueden variar y pueden incluir:

1. Enrojecimiento: El ojo afectado puede mostrar signos visibles de enrojecimiento.
2. Irritación: La presencia del pterigión puede causar irritación y sensación de cuerpo extraño en el ojo.
3. Sequedad: El pterigión puede interferir con la producción de lágrimas, lo que puede llevar a sequedad ocular.
4. Visión Borrosa: Si el pterigión invade la córnea, puede afectar la claridad de la visión.

Si bien no se puede predecir con certeza quién desarrollará un pterigión, ciertos factores pueden aumentar el riesgo:

1. Exposición a la Radiación UV: La exposición crónica a la radiación ultravioleta, especialmente en entornos soleados, puede aumentar el riesgo de desarrollar un pterigión.
2. Exposición al Viento y Polvo: La exposición constante al viento y al polvo también se ha relacionado con el desarrollo de pterigión.
3. Factores Genéticos: Algunas personas pueden tener una predisposición genética a desarrollar esta afección.

La formación del pterigión está influenciada por múltiples factores, incluyendo:

1. Exposición Ambiental: La exposición crónica a factores ambientales como la radiación UV, el viento y el polvo es un desencadenante común del pterigión.
2. Irritantes Oculares: La irritación constante de la superficie ocular, posiblemente causada por el uso excesivo de lentes de contacto o una mala higiene ocular, también puede ser un factor contribuyente.

La prevención del pterigión implica proteger los ojos de los factores desencadenantes. Algunas medidas preventivas incluyen:

1. Uso de Gafas de Sol: Utilizar gafas de sol con protección UV al aire libre puede ayudar a reducir la exposición a los rayos dañinos del sol.
2. Protección contra el Viento y Polvo: Utilizar gafas protectoras en entornos ventosos o polvorientos puede minimizar la irritación ocular.
3. Higiene Ocular: Mantener una buena higiene ocular y evitar frotarse los ojos puede reducir la irritación y la posibilidad de desarrollar pterigión.

El diagnóstico de pterigión generalmente se realiza a través de una evaluación clínica por parte de un oftalmólogo. El médico examinará los ojos del paciente y puede utilizar técnicas como la lámpara de hendidura para evaluar la ubicación y el tamaño del pterigión.

1. Manejo Conservador: En casos leves, se pueden recomendar gotas oculares lubricantes para aliviar la irritación y la sequedad ocular.
2. Cirugía de Pterigión: En casos más avanzados, cuando el pterigión afecta la visión o causa molestias significativas, se puede recomendar la cirugía para extirpar el tejido anormal.

La recuperación después de la cirugía de pterigión puede variar según la técnica utilizada y la gravedad de la afección. Los pacientes pueden experimentar enrojecimiento y molestias temporales después de la cirugía, pero en general, la mayoría experimenta una mejora en la comodidad ocular y la apariencia estética.

El pterigión o carnosidad es una afección ocular que merece atención y comprensión. Al entender sus causas, síntomas, diagnóstico, tipos, tratamientos y recuperación, estamos mejor equipados para cuidar de nuestros ojos y buscar la atención adecuada cuando sea necesario. Bajo la orientación experta del Dr. Manuel Isaac Montero Yescas, las personas que enfrentan el pterigión pueden esperar una atención cuidadosa y opciones de tratamiento que les permitan mantener una visión clara y cómoda a lo largo de sus vidas.